Confesiones de un amigo

Andarías con alguien que tiene VIH? Sé honesto… ¿Cuál es la primera respuesta que llegó a tu mente?

 

 

Cuando hablamos de VIH es muy común que la mayoría llegue a sentir temor, pero es mucho más común que uno piense que algo como eso “jamás le va a pasar”. Hablando de temas como este no importa la edad, de nada sirve si eres joven o no, el caso es que creemos que somos inmunes, que estamos exentos y muchas veces que un condón es suficiente para evitar llegar a ser portadores del virus. ¿En verdad crees que eso es todo lo que necesitas?

Debo decir que yo me he hecho la prueba del VIH en algunas ocasiones, y no hubo ninguna de ellas en la que no sintiera nervio y miedo durante la expectativa de los resultados. Sentía miedo porque en algún momento me ganó la calentura, porque pensé que nada pasaría y me olvidé de usar un condón. Y a pesar de que afortunadamente todas mis pruebas han salido negativas, la realidad es que no se puede estar jugando con el destino.

Supón quenegativa-del-vih-3961129 lo tú lo tienes, hagamos de cuenta que eres VIH positivo. ¿Crees que eso te haría diferente de los demás? ¿Piensas que no mereces las mismas oportunidades de ser amado y disfrutar de una relación maravillosa como todos? Honestamente yo no tengo una respuesta definitiva a la pregunta principal de este texto, pero lo que es cierto es que si yo fuera el portador, me gustaría saber que por pequeño o grande que sea ese detalle para otros, la oportunidad de encontrar el amor sigue sobre la mesa.

Pensaba escribir este artículo en base a los comentarios de otros, a las tantas respuestas positivas que recibí y a unas cuantas muy nefastas, pero la verdad es que no puedo hacerlo de esa forma. No puedo dar por hecho que todos los que respondieron con un sí rotundo en verdad lo harían, de igual forma no puedo estar seguro de que aquellos que sin dudarlo dijeron que no, no cambiarían de opinión si el hombre en cuestión fuera el amor de su vida. Lo que sí puedo hacer es hablar de mí, de lo que pienso y de mi propia experiencia.

Nunca he salido con alguien positivo, no porque lo rechace, pero porque jamás he conocido a alguien en el plano amoroso que sea portador. A quien sí conocí fue a un gran amigo, un hombre con tanta vibra positiva como belleza física y emocional; y sí, tenía VIH. Me contó que lo tenía desde muy chico y me lo dijo como si hablara del color de su cabello. Así sin más, sin darle importancia, sin dejar que fuera eso lo que lo definiera. ¿Sabes qué otra cosa tenía? Una relación más duradera y estable de la que yo he tenido jamás.

Creo que nunca he conocido a una pareja tan comprometida y feliz como la de ellos. Se entendían a la perfección, se amaban, se respetaban y créeme, por lo que llegué a saber en esas charlas subidas de tono, su vida sexual era por demás envidiable. Sí, su pareja era negativo, y para él eso nunca fue un impedimento o una barrera tanto en la cuestión emocional como sexual. Y yo siempre me pregunté… ¿Cómo demonios lo hacen?

Quizá no existe una fórmula, probablemente nunca sabré la respuesta, pero lo que sé es que hasta el último día de vida de mi amigo, fue feliz. Y gran parte de esa felicidad se debió a que encontró el amor en alguien sin prejuicios, sin miedos, con suficiente valor para estar a su lado sin importar nada. Creo que ahí está la clave, en que no todos somos ese tipo de hombre.

A muchos nos gana el miedo, esa estúpida mentalidad que nos dice que no es bueno, y en gran parte la inmensa falta de información en cuanto al tema. Es muy fácil decir que NO cuando los temores nos ganan, cuando nos ponemos a pensar lo que otros podrían pensar, cuando creemos que al estar con alguien positivo inmediatamente van a deducir que tú también lo eres y ¿¡cómo va a ser posible!?

Nos limitamos a ver la etiqueta sin hacer un esfuerzo por ver a la persona detrás, al ser humano, al hombre. Queremos lo mejor para nosotros sin preguntarnos antes si nosotros somos lo mejor para alguien más, pensamos que por no ser portadores de VIH somos mejores y muchas veces albergamos la estúpida idea de que todo el que lo tiene se lo ganó por andar de caliente, sin saber exactamente cómo fue que terminó siendo positivo.

¿Será que aún no estamos listos para darnos cuenta de que los tiempos han cambiado? ¿Será que a pesar de que muchos van por ahí pidiendo igualdad y navegando con bandera de activistas en el fondo siguen siendo intolerantes a aquello que no conocen? Si en lugar de VIH habláramos de una persona con cáncer, ¿la reacción sería la misma? Entonces… ¿estamos rechazando a alguien por ser diferente, o en realidad el temor es a la idea de amar a alguien que tenemos más probabilidades de perder?

SIDA BExisten muchos factores a tomar en cuenta antes de responder si tendrías una relación con alguien que es VIH positivo, pero sean cuales sean lo importante es que no estén basados en el miedo. Sí, el VIH es contagioso, pero también lo es la estupidez, y al menos yo preferiría enamorarme de alguien VIH positivo que de un hombre tan estúpido que defina a otros por lo que tienen, y no por lo que son.

 

¿Tú qué harías?

Activismo y diversidad sexual: ¿cómo iluminaremos el camino?

1Un activista desarrolla su accionar dentro de una organización o grupo sin ánimo de beneficio particular, de manera altruista y solidaria, interviniendo con las personas y la realidad social frente a situaciones de vulneración, privación o falta de derechos u oportunidades para alcanzar una mejor calidad de vida y una mayor cohesión y justicia social como expresión de ciudadanía activa organizada.

El activista persigue un fin y un objetivo positivo: buscar un cambio para mejor en la situación de otras personas, además de gozar de capacidad suficiente para realizar la ayuda, con cierto consentimiento por parte de esas otras personas y respondiendo a una necesidad real del beneficiario. No es un pasatiempo ni un entretenimiento, sino que persigue la satisfacción de una necesidad previamente definida como tal. «Servir quiere decir dar, sacrificar una parte de sí mismo, de lo que se posee, en favor de otros», escribió Jean-G. Lossier. “Conocerse y encontrarse a sí mismo es el único medio de conocer y encontrar a los demás. Es muy cierto que cuanto más grande sea nuestra riqueza interior, más frutos producirá nuestro trabajo. «Si no hay luz en nosotros, ¿cómo iluminaremos el camino?».

Un activista debe recibir, tanto con carácter inicial como permanente, la información, orientación, apoyo y, en caso de ser posible, medios materiales necesarios para el ejercicio de las funciones que se le asignen. Debe ser tratado sin discriminación, con respeto a su libertad, dignidad, intimidad y creencias. Además, debe obtener el respeto y reconocimiento por el valor social de su contribución.

El activista del movimiento LGBT, que defiende los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero, debe tener protagonismo, ya que a la par de ser una persona excluida –en la mayoría de los casos–, es a la vez beneficiaria y voluntaria de su proyecto. Ser activista LGBT no supone ser, necesariamente, lesbiana, gay, bisexual o transexual. No debe confundirse la condición con el activismo por los derechos del colectivo LGBT. De hecho, no todas las personas que se autodefinen como LGBT son activistas en el contenido.

El activismo cubano no difiere en nada con lo planteado anteriormente. La Máster en Sexualidad Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), ha declarado que en este compromiso también se ven involucradas personas heterosexuales que laboran por el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género y a lo que se ha llamado comunidad cubana LGBTIH (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y heterosexuales).

En esta comunidad se agrupan varias redes sociales que pretenden conseguir la normalización social y la equiparación de derechos. Se destacan los grupos TransCuba, el de mujeres lesbianas y bisexuales, Humanidad por la Diversidad (formado fundamentalmente por hombres gays y bisexuales, aunque su composición es más diversa). Otros grupos que accionan su activismo en el   Cenesex  son la Red de Jóvenes, la de los  Juristas por la Diversidad y el Grupo de familiares de activistas LGBT. Cada grupo tiene objetivos-meta particulares y traza sus estrategias de trabajo, pero en su conjunto se aprecian distancias entre uno y otro. Varias son las actividades de socialización y acciones de capacitación  que se desarrollan de conjunto y que incluyen la interrelación de redes. Pero aún falta mucho para lograr esa cohesión entre todos y todas. El trabajo del activismo cubano debe estar encaminado a un objetivo primordial en nuestra sociedad: el respeto –no tolerancia ni aceptación– a la libre orientación sexual e identidad de género por el que tanto se aboga. Se debe trabajar para que ese respeto sea bidireccional y que la comunidad LGBTIH cubana lo exija predicando con ese mismo respeto: no se trata de imponer nuestro accionar, sino de proponer.

Realizar activismo social LGBT en Cuba es algo muy difícil, más cuando se trata de una sociedad con arraigo machista históricamente marcado. Mucho se ha trabajado y falta mucho más, pero es difícil hacer esa tarea hacia el interior de la propia comunidad. Molesta reconocer que aún existen manifestaciones de homofobia internalizada dentro del propio activismo cubano; mientras persistan, no lograremos nuestros propósitos. Eso sin contar las expresiones de heterofobia que, en ocasiones, se han realizado en los más variados espacios.

Debemos pensar como un todo único e ir avanzando, paso a paso, para no perder lo logrado hasta ahora. Si se realiza un balance cualitativo y cuantitativo de seis Jornadas Cubanas contra la Homofobia, que se celebran desde 2008, se puede apreciar el camino recorrido y  los logros que ha experimentado la comunidad en nuestro país. La discusión y aprobación reciente de las modificaciones al Código del Trabajo, que incluyó en su letra el derecho al trabajo para todos y todas, independientemente del color de la piel, credo, origen social, seroestatus al VIH, discapacidad física,  orientación sexual e identidad de género, es muestra del accionar del activismo en cada centro donde fue discutido ese proyecto. Existe voluntad política refrendada en los Lineamientos del Partido, y en lo plasmado y logrado en el Código del Trabajo. La discusión y aprobación por parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular de las modificaciones al Código de familia, todavía pendiente y en cierto estado de pasividad,  sería otro avance en la lucha por la igualdad de derechos.

Así se debe actuar, pensando en grande y trabajando juntos. Si nuestra labor la enfocamos en objetivos e intereses específicos de cada grupo, no avanzaremos mucho. Las mujeres lesbianas y bisexuales emprenden, entre sus principales demandas, el derecho a una reproducción asistida. Los gays trabajan por conseguir el reconocimiento de las uniones civiles y  el matrimonio entre personas del mismo sexo, para equiparar los derechos de las parejas homosexuales al del resto de las y los ciudadanos, en materias tan comunes como herencia y beneficios fiscales. Los transexuales (conocidos como trans) tienen como objetivos primordiales la reasignación sexual, la inserción en la vida social y en los espacios culturales nocturnos. Trabajando así, de manera independiente, nunca lograremos constituirnos como un verdadero movimiento LGBTIH cubano.

El primer Encuentro de Redes Sociales del Cenesex, que se realizó en noviembre de 2013 en la ciudad de Camagüey, a 530 kilómetros de la capital, se ocupó de las buenas prácticas a desarrollar para lograr un mejor trabajo de cada grupo y la cohesión entre las redes. Allí se abogó por esa integración que tanto nos hace falta: unirnos cada vez más en nuestra labor es la solución. Siendo responsables con nuestra sexualidad, haciendo cada vez más evidente la defensa de nuestros derechos sexuales y reproductivos, y contribuyendo con la prevención del VIH/sida, incluirnos más en la sociedad y dejar de ser el «aparte». Desterrar estigmas y mitos que pesan sobre la homosexualidad, ser éticos en nuestras relaciones interpersonales y respetar a las demás personas nos permite exigir el respeto por nuestra orientación sexual e identidad de género. El encuentro de Redes Sociales del Cenesex concluyó con una declaración final en la cual se remarcó la necesidad de seguir trabajando por su cohesión.

La solidaridad deberá ser parte inseparable de cada una de nuestras acciones; solo así combatimos el egoísmo. Se necesita una entrega generosa de lo mejor de cada cual, actuar con profesionalidad, humanidad y eficacia en las tareas encomendadas. La acción del activista solo existe cuando repercute en las y los demás, cuando su interés es colectivo, general y público. Debemos buscar nuestros antecedentes en la historia, investigar y conocer sobre grandes personalidades de la cultura que hicieron activismo LGBT desde sus posiciones y, en muchos casos, en lo clandestino. Indagar sobre los errores cometidos en el pasado y extraer lo positivo de ello, para evitar nuevos y viejos desaciertos,  es también una forma de hacer activismo. Esto se hace necesario para conocer la génesis de la homofobia en Cuba, pero sin caer en rencores con el pasado, pues eso indica atraso en el pensamiento. Debemos buscar las respuestas para explicarnos los procesos históricos y sus consecuencias para una población rechazada y estigmatizada. No debemos esperar disculpas, si no seguiremos con esa carga de odio y resentimiento por lo que fue y no nos permitirá ver el camino de avance.

El activismo actual deberá ser un medio para dar respuestas a necesidades, problemas e intereses sociales de un grupo vulnerado de sus derechos, y no un fin en sí mismo para satisfacer a personas de manera independiente: La acción supone un compromiso solidario para mejorar la vida colectiva. Lo que cambia el mundo, lo que enfrenta problemas y necesidades, es la acción.

Las Etapas

Siempre es preciso saber cuando se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar momentos de la vida que ya se van clausurando. ¿Terminó con su trabajo?; ¿Se acabó su relación?; ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó?

Puede pasarse mucho tiempo de su presente revolcándose en los porqués, en devolver el casete y tratar de entender por que sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir¡ Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, vivir solo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperen que le devuelvan, no esperen que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento cuando le invada el rencor,  si persistes con el asunto, lo único que consigues es dañarte mentalmente, envenenarte y amargarte. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando puertas abiertas, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de regresar ¿a qué?, necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo¡ si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve, pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año; por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Salud mental y amor por usted mismo es también saber desprenderse de lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni  una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo llegó sin ese adhesivo, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Pero… cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

Paulo Coelho

Diagnosticado con VIH, Y AHORA, ¿QUÉ PASARÁ?

1172031695_extras_ladillos_2_0Cuando escuchas la expresión, “Tu prueba salió positiva”, inmediatamente cambia la manera de cómo piensas y te acometen incógnitas acerca de ti mismo y de cómo será tu futuro en lo adelante. Con frecuencia se siente sospecha de que nos enfermaremos y moriremos, pensamos que seremos rechazados, que perderemos el trabajo o que no podremos tener descendencia, conseguir una pareja, ni casarnos o tener relaciones sexuales. Nada de eso es verdad.

Muchas personas sienten paralizada su vida por un tiempo, otras pasan períodos de pena, pérdida, enojo, tristeza y temor. «Soy una prueba viviente de que la vida no termina con el diagnóstico y que tenemos el poder de determinar la calidad de nuestras vidas», comenta Alina de las Mercedes de 40 años, especialista en estomatología y diagnosticada en 1998.

Venciendo emociones

Aunque un diagnóstico de VIH es terrible al principio, gracias a los avances en el tratamiento hace años no es una sentencia de muerte. En la actualidad, aquellos que acuden periódicamente al médico y se adhieren a su tratamiento pueden vivir mucho tiempo, «Lo único que me ayudó  a superar mi depresión fue la excelente doctora que me recomendaron, ella es un amor de persona y se preocupa mucho por mi estado de salud», cita la profesora Yaritza de 43 años y diagnosticada en 1992.  Las personas han aprendido cómo se transmite el VIH, y cómo no. Si bien el estigma continúa siendo un problema, ha cambiado la mentalidad y se es más tolerante y compasivo. En la mayoría de los países existen leyes contra la discriminación hacia personas con VIH/sida, es ilegal que se te niegue el acceso al trabajo o que un médico no te brinde atención si eres seropositivo.

Sin importar el contexto o manera para sobrellevar la situación, la atención médica, es importante encontrar con quién hablar. Si no se expresan los sentimientos guardados, surgirán luego de manera que podrán  lamentarse, te embargará una mayor soledad, tal vez acudas al uso de drogas o alcohol, o enfrentes problemas con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Cuando te sientas listo para hablar, debes recurrir a amigos y familiares, pero ten en cuenta que ellos tienen sus propias reacciones emocionales, «yo me decía, oye, estás vivo y siempre habrá una esperanza, debes salir adelante, la vida continúa», expresaba Jorge, un joven informático de 21 años, diagnosticado en el año 2000. Recuerda que millones de personas VIH positivas han sobrellevado sentimientos similares, y tú también lo harás.

…soy seropositivo

Cuando decidas revelar tu condición de seropositivo, debes tener en cuenta quién, qué, cuándo, dónde y por qué. ¿A quién necesitas revelárselo?, ¿qué esperas de esa persona? ¿cuándo decirlo? ¿cuál es el lugar más indicado para tener dicha conversación? ¿por qué se lo estás diciendo?. Un elemento que te ofrecerá confianza es asegurarte de que la persona pueda mantenerlo en secreto. Tú tienes un virus, esto no significa que hayas hecho algo malo. No tienes que pedir perdón, simplemente porque eres VIH positivo.

No existe una receta perfecta sobre cómo revelar el estado. Confía en tus instintos y no en tus miedos, no tienes porque contar la historia de tu vida. Si no recibes la respuesta que esperabas, recuerda que procesar esta información trascendental tomará tiempo a quien la recibe. Muchas personas han sobrellevado experiencias difíciles al revelarlo y han encontrado la manera de superarlas; tú también lo lograrás. «Solamente se lo digo a los que creo que me quieren y no me juzgarán», comenta Mariano, de 33 años, licenciado en farmacología y diagnostico del 2004″.

Decidir a quién decirle y cuándo es un proceso continuo para las personas con VIH. “Yo lo pensé mucho antes de informarle a mi familia la noticia, pero al final, sentí que sería más feliz y estaría más sano si se los decía y obtenía su apoyo”, dice Luis Alberto, constructor, 29 años, seropositivo desde el 2010,  “también sentí que ellos hubieran querido tener la oportunidad de ayudarme, lo más difícil fue decírselo a mi familia. Al principio se impresionaron mucho y se entristecieron, pero finalmente comprendieron que tener VIH no es vergonzoso. Para combatir el estigma debido a mi diagnóstico, les dije que no había hecho nada que la mayoría no haga en algún momento de sus vidas: tener relaciones sexuales sin protección. Yo tomé la misma decisión que toma mucha gente; la única diferencia fue que el VIH estaba allí cuando tomé la decisión”.

Aprendiendo a vivir bien con el VIH

Siempre recuerda que el hecho de que seas positivo al  VIH no significa que seas inmune a otros problemas graves de salud. Muchos afectados enfrentan desafíos adicionales, que incluyen otras infecciones (como la hepatitis C), efectos secundarios de los medicamentos, los efectos del envejecimiento, enfermedades cardíacas, diabetes o depresión. Por eso, es imprescindible que tú y tu médico se enfoquen en el bienestar de todo tu cuerpo. La dieta adecuada, dejar de fumar, hacer ejercicios físico, dormir, controlar el estrés y el análisis cuidadoso de las terapias alternativas pueden ayudarte mucho a mantener la salud de todo tu cuerpo.

Las personas con el VIH pueden llevar vidas plenas y largas, gracias a importantes avances en el tratamiento. Pero es necesario prevenir y tratar otros problemas que puedan surgir. Investiga y documéntate, así podrás conversar con tu doctor o doctora sobre enfermedades cardiovasculares ya que los riesgos para el corazón son mayores entre las personas seropositivas con antecedentes familiares, malos hábitos dietéticos y de fumar, y que toman medicamentos antirretrovirales.

Es recomendable mantener una buena salud espiritual, ya que las personas con el VIH enfrentan una variedad de problemas mentales, como la depresión, que si no es tratada puede llevar a una baja autoestima, dificultad para funcionar en el hogar y en el trabajo, al abuso de alcohol y otras drogas, y a la falta de adherencia al tratamiento antirretroviral.

Otra bibliografía a consultar es toda la concernida con el cáncer no relacionado con el sida. En la actualidad el Sarcoma de Kaposi (SK), tiene menos posibilidades de desarrollarse gracias al poder de la terapia anti-VIH, pero el cáncer no relacionado con el sida, como el del cuello uterino, hígado, pulmón y anal, está en aumento. Tu médico de la descentralización deberá estar alerta por si aparecen. «Mientras más conocimiento sobre los riesgos que se corren, más preparado estaré. Tengo una vida sexual mucho mejor ahora que sé con lo que estoy tratando”, cuenta Yoel Ramiro de 22 años, artesano y diagnosticado en el 2011.

Sexo y VIH

Tu vida sexual no tiene por qué cambiar simplemente porque seas VIH positivo. Sin embargo, debes familiarizarte con las maneras de proteger a tus parejas y a ti mismo de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Si bien es difícil y causa temor revelar tu estado y hablar sobre el sexo seguro con tu pareja, este tipo de comunicación también puede generar confianza y acercarlos aún más. “Mientras más comprensión tengo sobre los riesgos a los que me expongo,  más me permito ser fantasioso con mi pareja, he incorporado los juegos sexuales y los masajes a nuestra maña sexual”, afirma Juan José, cuentapropista, 33  años, comparte una relación serodiscordante desde el 2001.

Cada pareja tiene diferentes preferencias sexuales y asumen los riesgos de forma distinta. Algunas personas eligen sus parejas de acuerdo al estado serológico, es decir, con el mismo estado de VIH que ellos. Y aunque una persona crea que es VIH negativa, porque se hizo la prueba hace poco, siempre existe la posibilidad de haber estado expuesta al virus recientemente o en el “período ventana” entre la infección inicial y el tiempo que toma detectar los anticuerpos del virus.

“Para mí, decirle a mis parejas ocasionales que soy seropositivo, ha sido una bendición disfrazada”, asegura Yoise, trabajador de servicios de seguridad, 44 años y diagnóstico del 2006. “Me doy cuenta de las intenciones que una persona tiene conmigo por su reacción cuando se lo digo, y también puedo saber si es una persona abierta, cariñosa y madura. Las personas que solo quieren tener sexo sin compromiso generalmente desaparecen. Otras, forman una conexión emocional rápida y profunda porque me admiran por habérselos dicho. No todas a las que se los digo se sienten bien con la idea de tener relaciones sexuales conmigo, al menos no inmediatamente. A otras, les toma tiempo informarse y sentirse cómodas con el hecho de que yo soy positivo. Algunas ya tenían conocimientos sobre la enfermedad y no les preocupa”.

La buena comunicación acerca de lo que funciona para ambos es la clave para una excelente vida sexual. Esto es cierto tengas o no el VIH. Si una persona no tiene conocimientos sobre el VIH, puede ser necesario darle tiempo y espacio para que digiera la noticia, y dejarlo que se informe sobre la enfermedad para saber cómo se siente al respecto. “Mis doctores me han ayudado mucho, si alguien quiere tener relaciones sexuales conmigo pero está inseguro sobre los factores de riesgo o aspectos generales de la enfermedad, yo los llevo a ver a mi especialista en VIH. Asegura Andreas, trabajadora civil del MININT, 51 años y diagnosticada en el 2003. Algunas veces los tranquiliza escuchar la información de un tercero, profesional y neutral. Además, me quita la carga de educar sobre el VIH, y la responsabilidad de sentir que estoy convenciendo a alguien para que esté conmigo”.

Seguir adelante

Recibir un diagnóstico de VIH positivo es un cambio de vida, puede ser abrumador y dar miedo. Es probable que tengas un montón de preguntas y que haya una gran cantidad de información que de repente tendrás que procesar. Educarse a sí mismo sobre el VIH será muy importante. El cuidado personal es una de las mejores cosas que puedes hacer por ti mismo, haz cuantas preguntas te sean necesarias sobre el VIH y otras preocupaciones que puedas tener sobre salud o bienestar, así estarás en una mejor posición para tomar decisiones sobre tu vida que sean adecuadas. Practica sexo seguro, no entres en pánico, date permiso para estar molesto o enojado, es una reacción natural a una situación que te está cambiando la vida. No tengas miedo de pedir ayuda y hazte cargo de tu propia salud. Pasea, diviértete, se social. Realiza las actividades que disfrutas y dedícale tiempo a la relajación. Un estilo de vida equilibrado es un factor importante para mantenerte y sentirte bien. Haz una pausa, respire profundamente, vas a estar bien. El VIH no es un diagnóstico terminal como solía ser. Como hemos visto, se puede vivir bien y estar saludable con el VIH.

AMORES BAJO PRESIÓN

Desde la aparición del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en la sociedad cubana en la década de los 80, algunas de las personas diagnosticadas han padecido el rechazo en la familia u otros ámbitos de la sociedad por el efecto acumulado de fuertes prejuicios, mitos y un desconocimiento sobre la enfermedad.

El VIH/sida fue denominado en sus inicios la «peste gay», ya que entre los primeros casos pesquisados había un número considerable de hombres homosexuales. A pesar de que ya se conoce que toda persona con una vida sexual activa es vulnerable, el estigma continúa, pues al valorarse como una Infección de Transmisión Sexual se condiciona al comportamiento sexual, y se ha moralizado mucho con respecto a ello.

Las caras del estigma

La discriminación hacia una persona portadora del VIH se puede manifestar de varias maneras; desde el rechazo categórico en el contexto socio-laboral y familiar, hasta las actitudes de «sobreprotección», cuando se recomienda cambiar el puesto de trabajo que desempeña «para proteger su salud», sin consultarle su opinión.

Con actitudes como estas no se reconoce que una persona con VIH está en capacidad de estudiar, trabajar, enamorarse y continuar su vida. El estigma llega, incluso, a expresarse en manifestaciones que consideran que no deben  tener relaciones sexuales para evitar, de manera segura, la transmisión. En tanto, para otros «es mejor que se relacionen con personas que estén en la misma situación», es decir, un «amor de seropositivos».

Si de parejas se trata…

Desde hace años, en todas partes del mundo conviven parejas en las que uno de sus integrantes tiene VIH/sida y el otro no, a lo que se le denomina parejas serodiscordantes.

En la actualidad, la población conoce sobre la epidemia del VIH/sida, sus formas de transmisión y la disponibilidad de tratamientos antirretrovirales para quienes lo necesitan y que favorecen que las personas con VIH (PVs) vivan más tiempo y mejoren su calidad de vida, desarrollen relaciones sociales plenas, incluidas las íntimas o de pareja.

En un estudio realizado con 101 parejas serodiscordantes en 2009, las personas consultadas consideraron muy favorable actualmente el contexto para las PVs, lo que les ha permitido mayores probabilidades de integrarse a la sociedad; asimismo argumentaban la posibilidad de que las PVs continuaran sus estudios y mantuvieran su vida laboral. Entre las 101 parejas, la mayoría planteaba la satisfacción de tener una estabilidad, incluso siendo seronegativa al VIH. El 71,2 % de quienes fueron consultados (as) mantenían una relación de durabilidad entre uno a seis años, valoraban de muy importante el conocimiento mutuo, la confianza, la comunicación, el amor, la intimidad y el compromiso establecido por ambas partes.

La protección, entonces, se hace imprescindible para cada acto sexual, igualmente la búsqueda de placer con prácticas sexuales que no representen riesgo para la salud. La incorporación del uso del condón en todas las relaciones sexuales no solo constituye una barrera para evitar el VIH, sino también para evadir otras infecciones de transmisión sexual (ITS) como la gonorrea, la sífilis, el herpes simple, el condiloma, la hepatitis B, entre otras.

Decirlo o no decirlo…  ¿esa es la cuestión?

Variadas son las reacciones cuando un integrante de la pareja le dice al otro o la otra que es seropositivo. Hay anécdotas de quienes tuvieron por respuesta el rechazo inmediato. Otras personas, sin embargo, recibieron un rotundo sí a iniciar la relación.

Las expresiones también incluyen incredulidad y a quienes, algo «choqueados», exclaman: «No, no es posible, es que físicamente no lo pareces», como si existiera un patrón físico para la persona con VIH.

Aunque es una decisión personal, una relación de pareja no debe comenzar sobre la base del engaño o el silencio y esto no se refiere solamente a una condición de salud, sino en general a cualquier aspecto de la vida.

Pero sobre todo cuando se trata de un factor como en el caso de las personas seropositivas, que puede impactar la existencia de su pareja en diferentes esferas. La sinceridad es la mejor demostración de amor y respeto. La comunicación y la confianza son claves en cualquier relación.

Entre las personas seronegativas entrevistadas, varias alegaron que al conocer que su amor era seropositivo les invadió el miedo y la inseguridad, pero también que les satisfacía convivir con la verdad, pues mejoraba la comunicación entre ambos. En cualquier caso, se necesitará tiempo para asimilar la noticia y decidir si se continúa o no con la relación.

La valoración de cuándo es el momento ideal para dar a conocer el diagnóstico es determinante en una persona seropositiva. La mayoría prefiere decirlo al principio —el 61,8 % así lo manifestó—, mientras que el 30 % prefirió hacerlo después de haber tenido sexo. Optaron por esperar hasta ver si fructificaba la relación, pero alegaron que lo hacían siempre para proteger a la pareja y evitar que se infectara.

Las experiencias y actitudes de cada integrante hacia la infección del VIH pueden influir en la relación. Algunos ejemplos de factores asociados a la enfermedad que pueden afectar son el nivel de información que se tiene acerca de cómo prevenir o tratar el virus, si el VIH supone o no una dificultad para tener relaciones sexuales, o los sentimientos de miedo, angustia y culpa que puedan experimentar alguno o ambos miembros de una pareja serodiscordante.

¿Y los demás?

Casi todo lo concerniente a una relación de este tipo ha sido criticado y muy mal visto, máxime desde el punto de vista de los riesgos,  fundamentalmente en el contexto familiar.

Para muchas personas, este tipo de pareja es una locura. Pero el cariño, la comprensión y el amor son capaces de vencer muchas barreras. «Con mi pareja he tenido momentos muy difíciles debido a su enfermedad, y otros muy buenos, pero seguimos aquí, de pie», confesaba uno de los entrevistados.

El contexto social, laboral y familiar es determinante para cualquier pareja, mucho más si es serodiscordante. En ese camino, el «¿qué dirán?» influye a no pocas personas.

Entre las 101 parejas entrevistadas, 90 % confesó recibir el apoyo y la comprensión de familiares y amigos, aunque estos no dejaron de sentir preocupación y algunos siguen pensando que es un disparate. Pero muy pocos entrevistados, por suerte, han sentido rechazo al informar que comparten una pareja serodiscordante.

«La vida está llena de miles de situaciones, y de lo único que uno tiene que estar muy seguro es de uno mismo; siempre que se pueda amar y querer, no importa lo que piensen los demás», asevera una encuestada.

Mamá + papá… ¿y nené?

A raíz del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA), las personas con VIH/sida viven durante mucho más tiempo y con mejor salud. Ante esas circunstancias, un número creciente ha decidido tener descendencia. Sin embargo, la concepción habitual en una relación   serodiscordante presenta el riesgo de que la persona sin VIH pueda infectarse durante la práctica sexual. En muchos casos acuden a su médico para solicitar información sobre qué pueden hacer y qué riesgos corren. En otros, se acercan solo con la idea de informar a su médico que están intentándolo ya por sus propios medios, muchas veces sin la información suficiente.

Desafortunadamente, algunas parejas toman la iniciativa sin orientarse ni consultar con nadie. Antes de iniciar cualquier proceso, se debe buscar información sobre las alternativas disponibles, conocer los beneficios y riesgos asociados a cada una de las posibles técnicas para concebir un embarazo. Primeramente, se debe explorar la situación global de la pareja, con determinaciones recientes y evolutivas del estado de ambos frente al VIH y otras infecciones de transmisión sexual; evolución inmunológica y carga viral, en caso de que estén infectados por el VIH, historia de tratamientos, etc. Se realizará, además, un estudio completo para descartar la existencia de patologías que dificulten la gestación, y evitar de esta forma exponerse a un riesgo innecesario e inútil. La finalidad de cualquier técnica reproductiva debe ir encaminada no solamente a la consecución de una gestación, sino al bienestar del recién nacido. En cualquier caso, incluso bajo estas circunstancias, la falta de protección durante el coito no está libre de riesgos, y las parejas deberían recibir consejo acerca de otras opciones para concebir.

En este sentido es necesario un adecuado consejo preconcepcional, incluyendo cuestiones como el riesgo de transmisión del VIH/sida tanto a la madre o el padre como al recién nacido, el impacto de la enfermedad de los progenitores —incluso su fallecimiento— en el desarrollo posterior del niño o niña y, por último, la posibilidad de fracaso de la técnica reproductiva.

Amores bajo presión

Ante una relación sexual entre una persona seropositiva y otra seronegativa, ambos deben mantener una protección sistemática para evitar que el que no está infectado con el VIH lo adquiera: ese será siempre el objetivo primordial. Como en cualquier relación, la confianza mutua es una expresión de amor.

Vinculado a esto, están también los  aspectos psicológico y social. No solo se enfrentan a sí mismos, uno u otro, y al riesgo de infectarse con el virus, sino a la presión a su alrededor, por parte de la familia y el entorno social. Una pareja serodiscordante tiene que estar lista para enfrentar una gran presión y compartir una enorme responsabilidad con ellos mismos.

Bibliografía

1. Colectivo de autores: Parejas serodiscordantes al VIH/sida, deberes y derechos. Centro Nacional de Prevención de las ITS-VIH/sida, Editorial Lazo Adentro, 2009.

2. Mederos Antúnez, Luis Enrique: Investigación realizada con parejas serodiscordantes en La Habana, Centro Provincial de Prevención de las ITS-VIH/sida, 2009.

3. Guía de orientación para los pacientes VIH/sida y sus familiares. OPL-SIDA. Caracas, Venezuela, 1994.

4. Gonzalo Mazuela: Parejas serodiscordantes.

5. http://www.juventud rebelde.cu/el-amor-en-las-parejas-serodiscordantes. Cuba/2008.

HOLA AMIGOS Y AMIGAS

Hola amigos y amigas, este es un espacio para aquellos que mantienen la fe que «si se puede», que siempre habrá una salida para cualquier situación desagradable. Te ofrezco un pequeño lugar para que emprendas por tu bienestar, luches por tus sueños, y no te dejes caer, alguien dijo una vez que «es mejor fracasar intentando un triunfo, que no triunfar por temor al fracaso», es la premisa del optimismo, siempre hacia adelante, aunque sean miles los obstáculos que se impongan, a unos los evadiremos, a otros les pasaremos por encima, y otros les daremos una vuelta y seguiremos. No te culpes más de tus errores, ellos son la base para que tu andar futuro sea más seguro y certero sobre la convicción de que se aprende de los errores para avanzar.
Un gran poeta dijo:
No puedo darte soluciones para todos los problemas de tú vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores; pero puedo escucharte y buscarlas junto contigo.
No puedo cambiar tú pasado ni tú futuro; pero cuando me necesites estaré junto a tí.
No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mí mano para que te sujetes y no caigas.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar; pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo decirte quién eres, ni quién deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tú amigo.

Pues eso es, seremos amigos, compartiremos las ansias de vivir, el deseo por la superación emocional y espiritual, la confianza en uno mismo, el amor por el otro independientemente de su creencia, color de la piel, afiliación política, origen social u orientación sexual. Aca te ofrezco una mano amiga a un igual, porque como dijera un cantor argentino «¿quién dijo que todo está perdido?. Te convido a PENSAR EN POSITIVO